Las cámaras modernas de gran formato, también denominadas de banco óptico, utilizan generalmente película en placa desde 10 × 12 cm a 20 × 25 cm, y permiten obtener imágenes de altísima calidad y nitidez. A primera vista, si no fuera por los modernos materiales de que está hecha, podría pensarse que se trata de una cámara antigua.
Tal como las primeras, las de banco óptico tienen lo básico en una cámara:
En el siglo XX no todos los fabricantes de equipos fotográficos siguieron la línea de producir cámaras más sencillas y económicas. Los profesionales y aficionados serios, como requerían imágenes de alta calidad para fotografía de arquitectura, publicidad, industrial, comercial y científica, utilizaron la llamada cámara de banco óptico o de estudio. Este equipo es simple en su diseño, pero complicado en su manejo, y por su peso y condiciones de uso debe utilizarse sobre un trípode.
Otra de sus grandes cualidades es la posibilidad de efectuar todo tipo de descentramientos, basculando los paneles delantero y trasero, lo que da un control total sobre la perspectiva y la profundidad de campo. El encuadre y enfoque se realizan sobre una placa de cristal esmerilado.
Las cámaras de banco óptico siguen utilizándose en trabajos especializados, y con la llegada de la era digital a la fotografía, muchas de ellas permiten utilizar respaldos digitales en lugar de película en placa.